me sitúe enfrente del enorme espejo del baño y analicé cuidadosamente mi piel, buscando alguna señal, que apagara para siempre la poca fe que me quedaba ya.
Franchesco, en cuanto notaba mi falta en la cama, me seguía al poco, y me encontraba ya, al lado de la ventana.
Quedaría mejor decir, que mirando las estrellas, pero sólo me fumaba un cigarrillo y pensaba...
Aquella noche, él estaba más triste de lo normal, y se fumó uno conmigo también, no compartió el mío, como hacíamos antes, y a mí me hubiera gustado; sinó que sacó uno de los suyos, y exhaló bocanadas largas e intensas, ya se notaba la distancia entre los dos, y yo hacía tiempo que notaba en mi interior, la que me separaba a mí, del resto de la gente.
Yo llevaba puesto un camisón de seda, muy ligero, y el me cubrió delicadamente la espalda con una manta de cachemir; hubiera querido sentir sus brazos rozándome, y que no hubiera sido tan meditada la acción, pero se cuidó de tocarme demasiado, y tan sólo me dijo, que había empezado a refrescar... Yo me volví, y le miré a los ojos; él bajó la mirada y yo le perdí la pista, en medio de mi inseguridasd y su miedo, estiré mis brazos, en un último intento de sentirle cerca de mí, pero él me frenó el impulso con su mano, y yo, simplemente creí morir...
Después, ya no volvió a la cama, se quedó leyendo un libro en el salón, y el hecho de percibir en el cielo, una amenaza de tormenta, me hizo sentir más tristeza todavía, por un momento contemplé la idea que me rondaba ya la cabeza, desde hacía tiempo; aquella sin duda, sería una buena noche para salir...
Volví a la habitación, pero antes pasé por la de mi hija, que dormía plácidamente en su cunita, pensé en acercarme para darle un beso, pero apenas avancé dos pasos, retrocedí de inmediato, y me quedé unos instantes contemplándola en el umbral de la puerta, la habitación olía tanto a vida, que no me pude quedar allí mucho tiempo y me fuí a mi cama, que todavía conservaba en el lado izquierdo, el calor del cuerpo de Franchesco, me acomodé de ese lado, sabiendo que era lo más cerca que podría estar ya de él; y me quedé dormida, impregnada en el olor de su piel, y recordando los besos que ya no me daría...
Cuando me desperté, él ya se había ido a trabajar, y la habitación despedía el reciente olor de su colonia, la de siempre, la que me lo recordaba en cada esquina... Percibí el aroma del café recién hecho, y el rumor de zumos y mermeladas en la cocina; supe que Carmen, ya había llegado, y salté de la cama como un gato, para luego volver a sentarme retraída; pasé mis manos por los ojos, los notaba húmedos y cansados, y pensé en acostarme de nuevo; pero sentía tal necesidad de abrazarla aquella mañana, o de que por lo menos me riñera por el desorden habitual que se encontraba; quería oirla vociferar, mientras colocaba todo y me gritaba lo desordenada que era, pero eso hacía ya tiempo que no pasaba...
Carmen había estado toda la vida conmigo, y cuando mis padres murieron, ella se quedó con nosotros, y suplió en gran medida, el vacio que ellos me dejaron, alegró mi casa con retazos de su vida; pero eso era antes, de que se hubiera llenado de silencios, antes de que yo me hubiera convertido en un espectro, deambulando insegura, colándome de puntillas, entre las sombras de los que me rodeaban. En los últimos tiempos, también ella se había ido alejando de mí. Últimamente trasteaba más de lo normal, cuando me veía aparecer por las mañanas, y yo demoraba ese momento, la distancia ya se notaba entre las dos...
Cuando me desperté, él ya se había ido a trabajar, y la habitación despedía el reciente olor de su colonia, la de siempre, la que me lo recordaba en cada esquina... Percibí el aroma del café recién hecho, y el rumor de zumos y mermeladas en la cocina; supe que Carmen, ya había llegado, y salté de la cama como un gato, para luego volver a sentarme retraída; pasé mis manos por los ojos, los notaba húmedos y cansados, y pensé en acostarme de nuevo; pero sentía tal necesidad de abrazarla aquella mañana, o de que por lo menos me riñera por el desorden habitual que se encontraba; quería oirla vociferar, mientras colocaba todo y me gritaba lo desordenada que era, pero eso hacía ya tiempo que no pasaba...
Carmen había estado toda la vida conmigo, y cuando mis padres murieron, ella se quedó con nosotros, y suplió en gran medida, el vacio que ellos me dejaron, alegró mi casa con retazos de su vida; pero eso era antes, de que se hubiera llenado de silencios, antes de que yo me hubiera convertido en un espectro, deambulando insegura, colándome de puntillas, entre las sombras de los que me rodeaban. En los últimos tiempos, también ella se había ido alejando de mí. Últimamente trasteaba más de lo normal, cuando me veía aparecer por las mañanas, y yo demoraba ese momento, la distancia ya se notaba entre las dos...
Ya no se sentaba conmigo a fumarse el primer cigarrillo del día, ni a contarme los chascarrillos de las vecinas, ni los devaneos de su marido con las jovencitas; me faltaban sus risas y su alegría... Me faltaba eso también...Yo me preparé una taza de café, y me la llevé a mi estudio, sabiendo que ella me lo agradecería... Solamente le dí los buenos días, sonríendo; a lo que ella respondió con una leve mueca, no demasiado explícita, imprecisa y difícil de concretar; en ese momento no supe si me odiaba, pero supe, que ya no me quería; A mí que ya nada me quedaba, y me sobraba ya, todo lo que tenía, me bastó; y arrastrando ligeramente los pies, me fuí, y la dejé con sus tareas.
Me conecté a mi portátil, mientras saboreaba el último trago de café, y me tomaba la dosis de antivirales habitual; cuando la pantalla se iluminó, contemple mi página web, donde la foto de franchesco, rodeándome la cintura, me recordó, que hubo un tienpo en que fuimos felices; todavía, no había nacido Daniela, y me vinieron, sin pretender a la mente, como la habíamos buscado insistentemente por todas las habitaciones de la enorme casa; que ahora me sobraba, que me ahogaba, que delataba mi soledad, más aún que el drama que me envolvía cada día... Y a mí, que nadie me había enseñado a desenamorarme sin más, seguía tan enamorada de él, como el primer día...
Fue en unas vacaciones a la Toscana; en cuanto le ví, supe que era para mí; al principio, me parecio tan previsible y pretencioso, que le dí largas durante quince días, esperando claro , que él no se cansara, y siguiera insistiendo, segura yo, de que al final se rendiría a mis pies, mucho más templado ya; como hacen con los toros, primero les hieren bien, para luego matarlos al final, cuando ya se han debilitado por supuesto; pero yo, sólo quería matarlo a besos. Él, se cansó un día de esperar, y me dijo que no le importaba que fuera ladrona, asesina, o travestí, que de cualquier forma, me iba a querer toda la vida...Y me abrazó tan fuerte, y me besó de una manera... que hubiese parecido forzada, si yo no hubiera estado tan dispuesta a ello, y arremetiera después, de manera más posesiva todavía.
Me cansé pronto de mirar fotos, mensajes y demás, y apagué el ordenador, con la misma desgana con que hacía tan sólo un rato, lo había encendido.
Cuando salí de la ducha, noté que había un mancha en mi muñeca derecha y otra el el margen izquierdo de mi frente; no las había percibido cuando me levanté de madrugada, y por un momento, pensé que habría sido el agua excesivamente caliente, pero yo las frotaba insistentemente y no desaparecían, al contrario, se reflejaban más intensas, y yo recurrí al maquillaje que mi amiga Marta, me había recomendado para estos casos. Al final, logré parecer una friki ridícula, y excesivamente bronceada; eso no contribuyó en absoluto, a levantar mi ánimo, bastante decaído ya; así que opté por quitarme toda aquella porquería de la cara, y salir de casa de una vez..
Había empezado a llover, y yo salí a posta sin paraguas, apenas había gente por la calle, y la poca que había, se refugiaba deprisa en los soportales y cafeterías; yo que ya tenía el pelo muy mojado, me refugiaba en mi propia soledad. Entre en un café, al dislumbrar desde afuera, que no estaba muy abarrotado, me senté en la barra, como a mí siempre me gustaba hacerlo, mientras leía el periódico; la camarera vino hacia mí, con gesto muy amable, y me puso diligentemente, el café que le pedí; invitándome a coger yo misma, uno de los sabrosos croissants, expuestos en la barra, a mí se me hizo la boca agua y sonreí; sin duda, nadie me conocía...
Y aquel fue el último día que vi a mi amiga Laura con vida. Cuando aquella mañana llegó a mi casa, yo la invité a pasar como siempre, pero ella me preguntó si me podía abrazar y yo la apreté entre mis brazos, al igual que cuando éramos niñas, y me venía con una de sus historias, de amores infantiles y sueños imposibles.
Estuve durante mucho rato escuchándola, porqué yo, aunque sabía lo que le ocurría, no tenía ni idea de la magnitud de lo que estaba sufriendo; tal vez por eso me haya costado más que nunca escribir esto. Algunas cosas que me narró, me resultaron tan crueles, que he tenido que suavizarlas bastante, porqué me fue imposible describirlas tal como ella me las contó.
Laura se enteró que padecia el VIH, cuando nació su hija, y el rechazo que sufrió por parte de la dos personas, que se supone más la debía querer, fue la que la mató al fin y al cabo. Porqué Laura, murió tan sólo hace 4 años, y sólo tenía 27; hoy en día, hubiera podido controlar perfectamente su enfermedad, si no la hubieran tratado como una apestada desde el primer día; de eso si estoy segura.
Esta vez, no he tenido que estrujarme la cabeza, en pensar nombres para mis personajes, son los reales, y como no encontré motivo alguno para cambiarlos, tal cual los cito.
Laura, ya no volvió a su casa, se quitó las vida, más o menos dos horas después de despedirse de mi, y aunque me queda la satisfación de haber podido darle su último abrazo, me queda también la frustación, de como mala analista que soy, no haber podido llegar con mis palabras, al rincón de su alma, que como ella me dijo, marcaba la distancia entre el antes y el ahora.
FIN ( te quiero)
Me conecté a mi portátil, mientras saboreaba el último trago de café, y me tomaba la dosis de antivirales habitual; cuando la pantalla se iluminó, contemple mi página web, donde la foto de franchesco, rodeándome la cintura, me recordó, que hubo un tienpo en que fuimos felices; todavía, no había nacido Daniela, y me vinieron, sin pretender a la mente, como la habíamos buscado insistentemente por todas las habitaciones de la enorme casa; que ahora me sobraba, que me ahogaba, que delataba mi soledad, más aún que el drama que me envolvía cada día... Y a mí, que nadie me había enseñado a desenamorarme sin más, seguía tan enamorada de él, como el primer día...
Fue en unas vacaciones a la Toscana; en cuanto le ví, supe que era para mí; al principio, me parecio tan previsible y pretencioso, que le dí largas durante quince días, esperando claro , que él no se cansara, y siguiera insistiendo, segura yo, de que al final se rendiría a mis pies, mucho más templado ya; como hacen con los toros, primero les hieren bien, para luego matarlos al final, cuando ya se han debilitado por supuesto; pero yo, sólo quería matarlo a besos. Él, se cansó un día de esperar, y me dijo que no le importaba que fuera ladrona, asesina, o travestí, que de cualquier forma, me iba a querer toda la vida...Y me abrazó tan fuerte, y me besó de una manera... que hubiese parecido forzada, si yo no hubiera estado tan dispuesta a ello, y arremetiera después, de manera más posesiva todavía.
Me cansé pronto de mirar fotos, mensajes y demás, y apagué el ordenador, con la misma desgana con que hacía tan sólo un rato, lo había encendido.
Cuando salí de la ducha, noté que había un mancha en mi muñeca derecha y otra el el margen izquierdo de mi frente; no las había percibido cuando me levanté de madrugada, y por un momento, pensé que habría sido el agua excesivamente caliente, pero yo las frotaba insistentemente y no desaparecían, al contrario, se reflejaban más intensas, y yo recurrí al maquillaje que mi amiga Marta, me había recomendado para estos casos. Al final, logré parecer una friki ridícula, y excesivamente bronceada; eso no contribuyó en absoluto, a levantar mi ánimo, bastante decaído ya; así que opté por quitarme toda aquella porquería de la cara, y salir de casa de una vez..
Había empezado a llover, y yo salí a posta sin paraguas, apenas había gente por la calle, y la poca que había, se refugiaba deprisa en los soportales y cafeterías; yo que ya tenía el pelo muy mojado, me refugiaba en mi propia soledad. Entre en un café, al dislumbrar desde afuera, que no estaba muy abarrotado, me senté en la barra, como a mí siempre me gustaba hacerlo, mientras leía el periódico; la camarera vino hacia mí, con gesto muy amable, y me puso diligentemente, el café que le pedí; invitándome a coger yo misma, uno de los sabrosos croissants, expuestos en la barra, a mí se me hizo la boca agua y sonreí; sin duda, nadie me conocía...
Y aquel fue el último día que vi a mi amiga Laura con vida. Cuando aquella mañana llegó a mi casa, yo la invité a pasar como siempre, pero ella me preguntó si me podía abrazar y yo la apreté entre mis brazos, al igual que cuando éramos niñas, y me venía con una de sus historias, de amores infantiles y sueños imposibles.
Estuve durante mucho rato escuchándola, porqué yo, aunque sabía lo que le ocurría, no tenía ni idea de la magnitud de lo que estaba sufriendo; tal vez por eso me haya costado más que nunca escribir esto. Algunas cosas que me narró, me resultaron tan crueles, que he tenido que suavizarlas bastante, porqué me fue imposible describirlas tal como ella me las contó.
Laura se enteró que padecia el VIH, cuando nació su hija, y el rechazo que sufrió por parte de la dos personas, que se supone más la debía querer, fue la que la mató al fin y al cabo. Porqué Laura, murió tan sólo hace 4 años, y sólo tenía 27; hoy en día, hubiera podido controlar perfectamente su enfermedad, si no la hubieran tratado como una apestada desde el primer día; de eso si estoy segura.
Esta vez, no he tenido que estrujarme la cabeza, en pensar nombres para mis personajes, son los reales, y como no encontré motivo alguno para cambiarlos, tal cual los cito.
Laura, ya no volvió a su casa, se quitó las vida, más o menos dos horas después de despedirse de mi, y aunque me queda la satisfación de haber podido darle su último abrazo, me queda también la frustación, de como mala analista que soy, no haber podido llegar con mis palabras, al rincón de su alma, que como ella me dijo, marcaba la distancia entre el antes y el ahora.
FIN ( te quiero)
11 comentarios:
hola cariño
Al final lo has escrito, y que bien te ha quedado, mira parece que esté ella ahí, tan dulce y frágil como era; pero era muy débil bea, y de eso nadie tiene la culpa. He llorado mucho, leyendo esto, y ella desde el cielo seguro que lo sabe.
sólo te mando besos y un abrazo enorme. Gracias por haber escrito esto. Ya nos vemos pronto.
hola bety
Sabes, hoy no tengo yo tampoco el cuerpo para bromas. El tema tambien me toca de lleno y el retrato que has hecho de Laura es tal fiel a como era ella que ya no sé ni que decirte. Esta vez no hay morbo en lo que leo ni mujeres complicada ni perversas, solo los últimos momentos de una chica sencilla como era Laura. y ya la tienes ahí, con Catalina y las otras. Pero mira el tema del sida es complicado, no es un catarro ni una gripe, y buscar culpables no va a hacer que te sientas mejor, no va a hacer que vuelva y aunque no dudo que las cosas se pudieron hacer mejor, no fue fácil para nadie, y para Fran tampoco.
Te mando muchos besos y abrazos y cuídate mucho ya sabes que te quiero.
HOLA BEATRIZ
podría decirte, que pasaba por aquí,pero no desde el otro día no he parado de leer todo lo que habías escrito y me provova hacer una crítica general, un poco de todo, con mucho respeto claro.
sabes lo que ceo que cuando hay temas que te preocupan, pasas de puntillas, con cuidado, con miedo a no romper nada, en cambio en catalina y el perfume francés, ahí te desmelenaste, se notaba que las secuencias que describias no te afectaban, ni te imaginabas siquiera que tu las podías vivir, por eso te zambulliste de lleno y te quedaron así, con esa frescura.
en este escrito en concreto,destacaría la inmersión en la soledad de la chica, pero como lo has escrito tu, lo despojaste de sentimentalismo alguno, y nos quedamos sólo con laura, luego llegas tu y como si ya otra persona hubiera escrito la segunda parte, te sale la crírica a la situacion, sinrazón o no, eso no importa.
perdona la osadía, pero me impones bastante, y si no lo hago ahora, pasaran ls semanas, y tampoco lo haré.
espero no haberte molestado
un abrazo.
Marcos
hola!
la crítica la acepto, faltaría más, lo que no entiendo, es eso de que te impongo, no sabía que yo le pudiera imponer a nadie, de verdad, pensaré en ello.
lo siento, abrazos para tí también y gracias.
hola bea.
si, verdad, son mejor las historias en que nos paseas a todos por ese mundo imaginario donde ocurre de todo, en eso estoy con jose, luego ya el lio que te armó con el paraguas, y la lluvia que llueve y no llueve, yo no entiendo ni pepa, debe ser que ando muy espesa hoy por la falta de sueño.
me voy a ceñir a lo que leo. L primera parte me parece que lo que quisite reflejar es ni mas ni menos, el verdadero problema de la enfermedad y que es la soledad, y a mi me parece que ha quedado reflejado perfectamente.
y la denuncia del final, pues si señores si hay culpables, la descriminacion de los enfermos de sida comienza en el entorno mas cercano, en eso estoy de acuerdo contigo, no en los hospitales, nosotros tratamos a todo el mundo igual. Y tampoco en la calle, donde no se tienen porqué conocer la historia personal de cada uno.
el hecho que lo hayas concretado en alguien cercano a ti, lo hace más veridico y me ha parecido muy triste, pero conociendote, como no ibas a denunciarlo. Pra eso eres la que gritas la primera la que nos recuerdad que elmundo no está bien y hay que cambiarlo.
yo estoy contigo a muerte y si tu dices que las cosas ocurrieron así no lo pongo en duda.
y por favor que todo el mundo se lea los manuales cuando tengan en casa a alguien que padece esas enfermedad, y no lo hagan mas dificil.
muchos besos bea y cada dia lo haces mejor.
BETINa´
con las ganas que tenía yo esta semana de ver que tema tocaba y mira lo que me encuentro tienes esto mas concurrido que el café gijón un viernes a las 7 de la tarde hija. Antes de comentarte Lucía que se tome un tranxilium 10 mejor que 5 y que duerma un poco.
la 1ª parte te quedó para mi gusto muy contenida, y te confieso que hasta que no llegué a los antivirales no caí,lo has dejado como en suspense hasta el final. dicen que la has clavado, que ella era así. yo como no la conocí, aunque a mi el guiño ese taurino en la toscana me suena más a tí jejeje.
la 2ª parte estoy y no estoy de acuerdo contigo
el sida es el sida, y si, sólo se contagia de tres maneras pero es para siempre y lógica la alarma de la gente, de acuerdo en que no se deben descriminar, pero tu es que no te has visto en la situacion. Aparte de eso me gustó que no mencionaras con lo detallista que eres como se contagió laura del virus o de que manera ocurrió el suicidio. En general me gustó mucho el tema está bien que lo tocaras.
besitos bet.
sigues triste?
oye que lo del paraguas no llevaba ningun doble sentido mujer, fue una tonteeería de esas que decimos los tios para impresionar a una mujer. he subido otra vez para que me perdones y aunque es verdad que me gustan tus ojos, tu boca y el hoyuelo que dibuja tu cara cuando sonries. No me puedo olvidar de tu lado oscuro el que dibuja en mi imaginacion todas esas chicas malas. A mi me gusta imaginarte en todas ellas por eso esta semana me hiciste polvo. Tu no eres laura y nunca seras laura.
Aunque el morbo está en que lo escribes tu.
Te mando todos los mejores besos del mundo y abrazos para que nunca te sientas sola.
hola amiga
recien acabo de ver tu enlace y ha sido un canto precioso al amor esto.
pienso que lo has tratado de una manera delicadísima todo y te doy las gracias por ello
abrazísimos para vos sosun encanto.
andrea. s.
HOLA!!!!
E infinitas gracias por tu comentario en mi post 50!!!!!
Desde ya, titulo honorario a mi mejor lectora. Por momentos pienso que solo empece a escribir para que tu me leyeras....Y es un lujo.
Y me parece precioso que escribas estas cosas. Es fuerte y sale de una manera arrolladora. Es inevitable el manojo de sentimientos que uno puede llegar a sentir. La piel queda desnuda con el lenguaje del cielo, y aqui, lo escribiste con esa impronta. Tal vez era necesario para que esa alma, se extendiera una vez mas en las aguas intangibles de otra vida.
UN BESO, UN ABRAZO, UNA FELICITACION Y MI AGRADECIMIENTO
STAROSTA
(UN PRODUCTO DE TU IMAGONACION)
Para todos mil besos y mil gracias.
Y para mi querida amiga () con toda mi pena he tenido que quitar el mensaje, igual lo guardo en mi corazón.
( a veces hasta sobran los motivos..)
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